19 | 03 | 2024

Televisión cultural

Lara Guevara Miguel Ángel

No teniendo consciencia de clase ni noción mínima de lo que es el socialismo, no nos daríamos cuenta de los ataques dirigidos hacia lo que fue la Unión Soviética. No es casual que los rusos siempre sean los malos en las películas. Hay propaganda anticomunista por todas partes, en libros donde se compara el comunismo con el fascismo, en los video-juegos, en la prensa que tacha de terroristas a todos aquellos que pelean por tener más que los bolsillos vacios y un futuro negro, etc. Pues bien, aquel que conozca aunque sea sólo un poco de lo que se trata el comunismo y de lo que hizo la Unión Soviética, puede darse cuenta que esto es producto de la campaña perpetua del capitalismo por desprestigiar al socialismo y enterrar los logros que consiguió a costa del llanto de los explotadores.

Natural que esta campaña exista. Los comunistas sí sabemos donde les duele a los explotadores, los comunistas estamos decididos a acabar con la explotación. Los comunistas sí pasamos a la acción, estamos organizados, tenemos rabia y nuestras metas son necesarias y posibles; por eso es que nos temen  tanto los tiranos; por eso nos quieren desprestigiar, por eso se fabrican tantas mentiras en torno nuestro ¿qué más pueden hacer los capitalistas que tirarnos lodo si ellos no tienen argumentos para justificar sus atrocidades, la injusticia que genera el capitalismo, la pobreza que sufren millones para que unos pocos vivan con lujos? Nada, no tienen nada. A cambio, nosotros tenemos sobrados argumentos para convencer a las masas explotadas, para instarlas a la lucha y acabar con este fraudulento sistema explotador.

Sin embargo hay un aspecto velado, del que no muchos, al parecer, han caído en cuenta. Hablamos del hecho de que los canales culturales también forman parte de esta campaña encarnizada en contra del comunismo. Sobre todo se deja mirar esto en los documentales de historia, en donde Stalin es un genocida, un dictador, sin mencionar las condiciones especificas del momento que llevaron a tomar esta o aquella decisión y poco o nada es mencionado el papel heroico que desempeño el Ejército Rojo en la derrota de la Alemania Nazi cuando de la Segunda Guerra Mundial tratan; la historia siempre la cuentan desde el punto de vista de los “sacrificados” yanquis.

Además, la mayoría de los canales con contenido cultural, son apoyados por el estado o alguna institución gubernamental, si no es que son propiedad de estos. ¿No tendrán estos canales los mismos intereses que sus patrones? La respuesta es que sí. ¿Qué nos asegura que lo que nos dice este o aquel documental es cierto? Dirán, lo hizo la BBC, National Geographic, History Chanel ó es una producción de esta universidad tan seria, pero, pensemos un poco. ¿En realidad creen que un programa de tener algún contenido que atente contra los intereses de los opresores, que desenmascare sus mentiras, que pudiese despertar verdaderamente la consciencia y la cólera de los oprimidos sería transmitido por sus mismas televisoras? Claro que no. Pongámonos en el lugar de nuestros enemigos un momento. ¿Qué haríamos con la verdad si somos culpables de tantos crímenes? a) Negar todo, silenciar a todos completamente para que nadie diga nada. b) Dejar que la información fluya libremente o c) Crear confusión, mentiras, manipulación y una aparente libertad de expresión. Con la opción a) nos arriesgaríamos a que se quejaran por falta de libertad de expresión y la ira podría estallar rápidamente entre las masas; lo cual sería catastrófico. Con la opción b) obviamente no nos iría bien. La opción c) parece la más prudente ahora; podemos mantener la verdad oculta por mucho más tiempo, podemos manejar a nuestro antojo la opinión pública, todos se sentirán más conformes y será más fácil silenciar a los pocos que no se traguen nuestras mentiras. Así hablaría la burguesía.

Es claro que los canales culturales sirven a los intereses de los capitalistas. En los canales culturales se pretende formar a los ciudadanos, ser un mosaico cultural y educativo, un lugar de expresión para todos los sectores de la población (incluyendo, claro, a los grupos minoritarios y marginales), de fomento de valores, de conciliación, de tolerancia, de igualdad y de paz. Nos encontramos aquí con la típica charlatanería que los partidos revisionistas, que son servidores de los poderosos, le ofrecen al pueblo trabajador para engañarlo, para que no se revele, para atarle las manos mientras es golpeado.

Por formar al ciudadano, se entiende al ciudadano como animalito sumiso, sin crítica, desclasado. Para los capitalistas la cultura y la educación, no es más que un mero pasatiempo. Para quienes el dinero les sobra y tienen tiempo para perder con cultura basura, de bandas de pequeñoburgueses queriendo ser famosos, haciendo manualidades, de recetas de cocina, con documentales sobre lugares para vacacionar, a los que claro, un obrero con su sueldo nunca podrá viajar; en fin, con tonterías que de nada sirven al 99% de la población que vive en la ansiedad por no poder mantenerse de forma segura y que sus intereses son otros. Claro que dan voz a las minorías; cuando están haciendo artesanías, patinado, haciendo deporte, etc., pero nunca cuando están luchando por causas justas, cuando protestan. Por valores claro que siempre promoverán los que no pudieran cambiar el orden en el que vivimos, valores que no insten a la lucha, por eso se insiste tanto en la tolerancia, en la igualdad y la paz. ¡Cómo si no existiera la lucha de clases! ¡Cómo si los trabajadores y los patrones no tuvieran intereses opuestos! ¡Cómo si fuera lo mismo ser rico o ser pobre! ¡Como si viviéramos en un país pacífico! Lo que pretenden los canales culturales es cumplir los intereses de los poderosos: mantener al pueblo explotado y trabajador en la confusión y pasivo.

Para los comunistas la cultura y la educación no es una simple afición, es herramienta para la lucha, herramienta que nos ayuda a entender lo que ocurrió, lo que ocurre y prepararnos para lo que puede y debe pasar, para desarrollar nuestra capacidad de análisis y de crítica, para poner al servicio de nuestra causa todo el conocimiento adquirido. No estudiamos por títulos y reconocimientos académicos, como hacen los eruditos en las universidades. Estudiamos porque es necesario que nuestra práctica este guiada por la teoría para no lanzarnos a ciegas contra el enemigo.

 

Debemos tener cuidado con lo que vemos, con lo que estudiamos, tenemos que ver de dónde viene la información. No podemos confiar en la televisión y sus canales “culturales”. Tenemos que analizar la información desde un punto de vista clasista y preguntarnos siempre de que nos sirve, como clase trabajadora, lo que se nos muestra en la pantalla.

Partido Comunista de Mexico

El Comunista