29 | 03 | 2024

 

Por Omar Cota


La llegada de grandes inversiones del sector automotriz ha provocado que el Estado y distintas cámaras empresariales destinen una cantidad importante de recursos en formar a los futuros obreros del sector, implementando programas de capacitación, educación y reclutamiento.

 

Debido al boom que el sector automotriz está teniendo en México se prevé que tendrá un crecimiento del 60% en los próximos cinco años, lo cual significa que también tienen que multiplicar la mano de obra calificada con la que se cuenta actualmente. Tan sólo en estos momentos, el sector necesita 1.4 millones de técnicos más, para tener un rendimiento similar al de los países más “productivos”.

 

Esta situación ha despertado la preocupación de las empresas por formar jóvenes que estén calificados y que posean el perfil, que sus necesidades demandan.

 

Mientras en alianza con el Estado se modifican los planes de estudios de CBEtis, Cetis, Conaleps, bachilleratos, Institutos Tecnológicos, etcétera, y se abren escuelas “públicas” especializadas en el sector, las grandes armadoras como General Motors, Nissan, Audi y Mazda, sólo por nombrar algunas, están desarrollando sus propios centros de capacitación en donde, durante determinado tiempo forman técnicos, que de manera simultánea trabajan sin percibir salario alguno, para poder estar certificados y luego, puedan emplearse en estas empresas.

La forma en la que se anuncian y se reciben estas grandes inversiones, siempre va acompañada de un discurso “progresista”, como si la llegada de estos monopolios fuera una oportunidad de crecimiento para quienes habitan en la región, y no, la oportunidad de estas grandes empresas de lucrar con la necesidad de quienes no tenemos otra cosa que vender, más que nuestra fuerza de trabajo.

 

Negocio redondo

Con un modelo de educación “dual”, en el que se da una formación teórica a los jóvenes que ingresan dentro de los programas de las armadoras, pero que además cuentan con una educación práctica, la cual la reciben dentro de sus plantas, en donde, por lo menos en un período de tres años los jóvenes realizan un trabajo sin recibir ninguna remuneración.

 

Estas empresas se venden con un discurso altruista, y reclutan a jóvenes haciéndoles creer que se les está dando la oportunidad de ser parte de, cuando en realidad, son ellos mismos y los obreros que en ellas laboran, quienes terminan costeando esa capacitación, que luego de manera alevosa utilizara la misma empresa para tener la mano de obra que requiere.

 

A través de estos programas para “aprendices”, como les han llamado algunas empresas, que son promovidos desde la secundaria, muchos jóvenes, muchos de ellos sin posibilidades de poder acceder a una educación superior, ven en estos programas la oportunidad de crecer, o por lo menos de mejorar un poco su condición económica, lo cual es posible, sin embargo es necesario evidenciar que no hay nada de bondadoso en ello.

 

Los obreros, en este caso los técnicos que necesita el sector automotriz, son los responsables de la millonaria derrama económica que está generando este sector, no sólo en México, sino en el mundo, pero que se queda en manos de unos cuantos, de los dueños de las grandes armadoras, quienes a través de su facilitador; el Estado, cuenta con todas las garantías para explotar tanto los recursos naturales que sean necesarios, así como garantizar su mano de obra.

 

Este modelo educativo no es más que otra forma de explotación que debemos combatir, tanto los estudiantes técnicos, de cualquier sector, como quienes forman parte de estos programas, que no es exclusivo del sector automotriz, deben estar conscientes de que sólo en una sociedad donde lo que impere sea la satisfacción de las necesidades de toda la población, y no únicamente la sed de ganancia de las empresas, podrán desarrollarse plenamente como estudiantes y como futuros trabajadores.

 

Partido Comunista de Mexico

El Comunista