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Tesis I

La situación internacional y la lucha de la juventud

 

Aprobada por el III Congreso del Frente de la Juventud Comunista

 

  1. El capitalismo en todo el mundo ha llegado a su fase superior y última: el imperialismo. En esta fase, la concentración y centralización del capital se encuentra en tal nivel que los monopolios se han convertido en la forma predominante de organización económica, relegando la libre competencia a un papel secundario. Los capitales industriales, comerciales y bancarios se fusionan para formar grandes monopolios que compiten entre sí. Estos monopolios controlan gran parte de las principales ramas económicas; se apropian de los recursos naturales y expropian a los pueblos originarios y campesinos; explotan a millones de personas en todo el mundo; determinan el rumbo de todos los gobiernos y Estados burgueses; establecen nuevas pautas culturales; etc. Los monopolios pasan a dominar todos los aspectos de la vida económica y política de los países; pero junto a este desarrollo anárquico del capitalismo, viene de la mano, su negación. Dentro de la economía, aparecen los gérmenes de la socialización de la producción y se desarrolla incesantemente la clase social que dará fin a esta situación: la clase obrera.

Debido a la ley general de la disminución de la tasa de ganancia del capitalismo, los monopolios se ven más obligados a aumentar la explotación, las horas y la carga de trabajo; eliminar conquistas salariales y laborales; e intensificar la producción y extracción de materia prima. Para asegurar su ganancia, atentan contra la vida de las personas, los pueblos y la naturaleza. Además del apoyo de las fuerzas militares y policiales, los monopolios forman y contratan a ejércitos privados, mercenarios, paramilitares e incluso se entrelazan con la industria del narcotráfico. Con su poder económico financian y cooptan a partidos, gobiernos y ONG con el fin de defender sus intereses en la esfera política y social.

Sin embargo, todas estas medidas que buscan mantener con vida al capitalismo están condenadas a fracasar. La ley de la disminución de la tasa de ganancia, conlleva de forma cíclica e inevitable a crisis económicas, cada vez con mayor intensidad y frecuencia. La crisis mundial capitalista de sobreproducción y sobreacumulación de 2008 y 2019-20 son ejemplos de ello. Esta situación prepara las condiciones materiales para la agudización de la contradicción entre el capital-trabajo y la movilización obrera y popular.

  1. Bajo el imperialismo se completa la repartición del mundo por los monopolios: se reparten los recursos naturales, las rutas comerciales, la tecnología, los mercados y esferas de influencia en todo el mundo. Esto trae consigo la agudización de los intereses entre los monopolios y sus representantes estatales, quienes luchan por repartirse el mundo ya repartido, por cualquier medio; es decir, se agudizan las contradicciones interimperialistas.

Los monopolios, para sobrevivir frente a la crisis de sobreacumulación nacional, se ven obligados a exportar sus excedentes de capital a otros países con mayores tasas de ganancia. La exportación de capital supera la exportación de mercancía, pero esto sólo logra expandir y encadenar la crisis capitalista a nivel internacional, agudizando aún más las contradicciones interimperialistas.

El aumento de las contradicciones interimperialistas y el entrelazamiento de capitales de diferentes países da lugar a la formación de polos imperialistas, los cuales se materializan en forma de tratados, uniones y alianzas imperialistas. Esta situación, en vez de limitar la amenaza de la guerra, la acrecienta, ya que lleva a un nivel superior la competencia económica, y con ello los alcances de una guerra imperialista. Ejemplos de estas uniones imperialistas son: la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea (UE) o el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Estos acuerdos le aseguran una mejor posición en la competencia internacional a los monopolios de países como México; por esa razón, la burguesía de estos países es ferviente defensora de las uniones imperialistas. Sin embargo, suponen un enorme lastre para los pueblos, ya que los encadena a los conflictos económicos y militares interimperialistas.

  1. Por estas razones, el imperialismo es la base material de nuevas guerras, de la destrucción del medio ambiente, del aumento de la migración y la creciente miseria para las masas trabajadoras del mundo.

Aunque pudieran parecer problemas lejanos, estos son actuales y constantes. La guerra imperialista es una realidad que ha devastado pueblos como el de Irak, Siria, Afganistán o Libia. Las agresiones imperialistas son una realidad que diariamente afectan a pueblos como el de Cuba, Venezuela, Palestina o el de Sahara Occidental. Desde el II Congreso de la Federación de Jóvenes Comunistas, ahora Frente de la Juventud Comunista, llevado a cabo en 2016, hasta la actualidad, han aumentado las tensiones diplomáticas y militares a nivel internacional, como en el caso de Medio Oriente, el Mar de China, Ucrania, etc. Además, ha habido múltiples golpes de Estado e intervenciones militares como en el caso de Yemen, Somalia, Sudán del Sur, Azerbaiyán, la República Centroafricana, Malí o Myanmar, por mencionar algunos casos.

  1. La Juventud Comunista debe movilizar a todos los jóvenes hacia la lucha frontal contra toda guerra e intervención imperialista. Debemos combatir cualquier intento de convertir a los jóvenes en carne de cañón para los intereses de los monopolios y el imperialismo. Esto incluye luchar contra la participación de México en cualquier unión imperialista, particularmente contra su permanencia dentro del T-MEC y la OEA, así como contra cualquier intento de adhesión de México a la OTAN, la participación en maniobras militares conjuntas e incluso el envío de soldados a misiones de la ONU fuera del país.

Además, debemos reforzar nuestra solidaridad internacionalista para apoyar a los pueblos que sufren los embates de la barbarie imperialista, principalmente con el pueblo cubano y palestino, así como aquellos pueblos que hacen uso del legítimo derecho a la rebelión y, especialmente, a las FARC-EP Segunda Marquetalia, que en el último periodo se han enfrentado a la intensificación y aumento de las presiones, ataques y provocaciones imperialistas. La defensa de la Revolución Cubana en su carácter socialista, contra cualquier intento contrarrevolucionario del imperialismo, cobra gran importancia en este período.

  1. La guerra y la crisis capitalista ocasionan un problema permanente que consiste en que millones de personas se ven obligadas a migrar y desplazarse. Huyen del desempleo, la inseguridad, la guerra o el hambre; generalmente hacia países con un desarrollo capitalista más avanzado, para enfrentarse en ellos a la explotación, el racismo y la discriminación.

En México, a la histórica crisis de jóvenes que se ven obligados a emigrar hacia los Estados Unidos y Canadá en busca de trabajo, se le ha sumado el tránsito masivo de centroamericanos y caribeños, principalmente de Haití, quienes buscan atravesar el país para llegar a los EEUU. Durante las últimas dos décadas, los migrantes centroamericanos y caribeños se han enfrentado a la represión y racismo del Instituto Nacional de Migración y al acoso de los grupos del narcotráfico[1]. Además, se siguen enfrentando a ser víctimas de secuestro, extorsión y esclavitud sexual durante su trayecto, particularmente las mujeres y niñas migrantes.

Esta situación se ha vuelto dramática por los acuerdos entre el gobierno de López Obrador y los gobiernos de Trump y Biden, los cuales implican la masificación de la persecución a los migrantes en todo el territorio mexicano y la participación de las Fuerzas Armadas (vía la Guardia Nacional) en estas tareas, con el fin de convertirnos en un primer muro contra la migración.

Es una tarea importante de la Juventud Comunista la solidaridad con la clase obrera migrante en todo el mundo, pero principalmente con los migrantes mexicanos que buscan llegar a los EEUU y Canadá, así como con los migrantes centroamericanos y caribeños que cruzan por nuestro país. Los comunistas no nos guiamos por principios nacionalistas, sino clasistas; por lo tanto, es nuestro deber el hacer trabajo político con todos los jóvenes de extracción obrera y popular, independientemente de su situación migratoria.

  1. El imperialismo es una fase de desarrollo del capitalismo, y surge como consecuencia de las leyes objetivas de la economía capitalista. La dinámica capitalista vive a partir de la acumulación ampliada e incesante que lleva inherentemente a la concentración y centralización del capital, a la formación de monopolios, a la agudización de las contradicciones interimperialistas e interburguesas, a la depredación de la naturaleza y al aumento de la explotación. Es una ilusión pensar que se puede eliminar estas consecuencias sin arrancar de raíz la causa de todos estos problemas: la contradicción capital-trabajo basada en la propiedad privada de los medios de producción y el trabajo asalariado.

El imperialismo no surge de la agresividad o inmoralidad de dirigentes políticos, o de países enteros. El ejemplo más vivo son las recientes elecciones en los Estados Unidos, ya sea bajo un gobierno con rostro racista y derechista como Trump, o un gobierno con rostro progresista y liberal como Biden, la agresión militar, política y económica de los Estados Unidos continúa, con sus tropas y agentes clandestinos operando en casi todo el mundo.

El imperialismo tampoco es el poderío económico y militar de un solo país, de un “imperio” que aplasta a la “multitud” internacional. El imperialismo como fase de desarrollo del capitalismo, lleva a que todos los monopolios y los países capitalistas compitan para asegurar sus ganancias. Inicialmente la competencia se da en el plano económico, pero cuando eso no basta se sirven de medios diplomáticos, políticos y militares, hasta llegar a la guerra abierta. Carece de sentido pensar que un capitalismo “policéntrico”, donde cada país apunta sus armas contra los demás, podrá reducir la amenaza de una guerra imperialista.

  1. Pero el desarrollo anárquico e incesante del capitalismo, conlleva a su negación. El surgimiento y crecimiento de los monopolios, implica el entrelazamiento y socialización de la producción. La organización de la producción en cada centro de trabajo y en cada rama económica se torna más compleja e interrelacionada. Hoy, la mayoría de las mercancías producidas requieren la intervención de cientos de hombres y mujeres durante toda la cadena de producción y distribución; se requiere complejos técnicos y administrativos para coordinar el proceso económico. Se hace necesaria la organización centralizada y planificada de la economía. Pero esta necesidad entra en contradicción con la propiedad privada de los medios de producción, la apropiación privada de las riquezas sociales producidas y la anarquía generada por el mercado y los precios. Se crean las bases objetivas para la revolución socialista.
  1. Las tareas principales del FJC a nivel internacional se realizan a partir de dos frentes:

Para poder cumplir con estas tareas un requisito fundamental es que la militancia comprenda plenamente la importancia de las tareas internacionales, las cuales no son de carácter secundario o administrativo. Existe una relación estrecha entre el fortalecimiento del Movimiento Comunista Internacional y la lucha de la clase obrera en el mundo, y el fortalecimiento de nuestro Partido y nuestra clase en México. El fortalecimiento de uno conlleva de forma dialéctica al fortalecimiento del otro. Y, por el contrario, el debilitamiento del MCI y de la lucha de clases en el mundo, conlleva a mayores presiones ideológicas hacia nuestra organización, así como un contexto de desventaja para el desenvolvimiento de la lucha de clases en México.

Por esta razón, las tareas internacionales son un frente más que deben considerar todos los núcleos y militantes. Aunque también requiere, como cualquier otro frente, que el Consejo Central trabaje para fortalecer y especializar un equipo de trabajo especializado.

Debe trabajarse para que como Juventud Comunista seamos un punto aglutinador de la participación de la juventud en las luchas antiimperialistas, de solidaridad internacional y por la paz en nuestro país.

  1. En el último periodo, el FJC ha mantenido y fortalecido su intercambio y coordinación con otras juventudes comunistas en el mundo, sobre la base de una coincidencia político-ideológica en torno al marxismo-leninismo y la necesidad inaplazable de la lucha por la revolución socialista. Lo cual se expresa en las declaraciones y acciones conjuntas, así como en la solidaridad recíproca ante la represión.

Nuestro objetivo debe buscar que la coordinación entre las Juventudes Comunistas pase de estar acotada a acciones conjuntas espontáneas, a tener un carácter más estable y sólido. Para ello debemos fortalecer las siguientes tareas en el próximo periodo:

Además de los comunicados y foros conjuntos, y la participación recíproca entre Juventudes Comunistas, debemos plantear el debate fraterno sobre la importancia de otro tipo de actividades conjuntas. Por ejemplo, la realización de escuelas de cuadros multilaterales o campañas de carácter internacional.

  1. En cuanto a la participación en la FMJD, como Juventud Comunista hemos logrado dar grandes pasos en los últimos años. Destacan la participación de una comisión numerosa del FJC en el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes (FMJE) en 2017 en Sochi, Rusia, así como nuestra participación en la Asamblea General de la FMJD en 2019 en Chipre. De esta reunión, el FJC resultó electo para formar parte del Consejo General de la FMJD, lo cual es un gran honor para nuestra organización, pero también supone una gran responsabilidad. Por ejemplo, la asistencia anual a las reuniones del Consejo General y las reuniones regionales de América Latina y el Caribe.

Debe tenerse claro que la FMJD no es un espacio exclusivo de juventudes comunistas, ni es nuestro objetivo que se transforme en ello. Desde su nacimiento, la FMJD ha sido una organización amplia que agrupaba a organizaciones que luchaban contra la guerra, el fascismo, el imperialismo y, en general, contra todas sus consecuencias. El FJC debe contribuir a fortalecer a la FMJD, particularmente en México y la región, así como a mantener la unidad e integridad de la FMJD.

A la vez, debe considerarse que dentro de la FMJD existe un debate importante sobre el carácter de la Federación y sobre el rumbo que debe llevar. Dentro de este debate, en los últimos años se han expresado tendencias que pretenden diluir el carácter antiimperialista de la FMJD hacia una política vaga de “izquierda-progresista” que asume el capitalismo (y, por lo tanto, el imperialismo) como una realidad inamovible. Así, la lucha contra el imperialismo se convierte en una simple lucha por la “multipolaridad” bajo el capitalismo, por elegir un bando imperialista; como se observó con los intentos del gobierno ruso de Putin de apropiarse del XIX FMJE. Otro elemento de alerta son los intentos de ingreso por parte de las juventudes de partidos socialdemócratas que no buscan fortalecer a la FMJD sino únicamente utilizarla para defender las gestiones de sus propios gobiernos.

Sobre la base de la integridad de la FMJD, el debate ideológico fraterno y abierto, el esfuerzo real del FJC para fortalecer a la Federación, y el principio de igualdad entre las organizaciones, el FJC debe trabajar fuertemente para defender los principios y el carácter original de la FMJD. Esta defensa debe darse tanto en el plano del debate político-ideológico, como en el trabajo práctico por cumplir las responsabilidades como miembros de la FMJD y de su Consejo General. Debemos defender la idea de que la mejor forma de fortalecer a la FMJD es llevando su política hacia las masas que realmente están interesadas por luchar contra la guerra, el fascismo y el imperialismo; es decir, hacia la juventud de extracción obrera y popular. Y en el plano ideológico, a la comprensión de que la única forma efectiva de combatir al imperialismo es acabando con su raíz: el capitalismo.

[1] Como la Masacre de San Fernando (Tamaulipas), ocurrida en 2010, en la cual 72 migrantes fueron asesinados y calcinados a manos de sicarios y policías, así como la muerte de 55 migrantes centroamericanos tras la volcadura de un tráiler en la carretera de Chiapas en diciembre del 2021, suceso que muestra la brutalidad con que el Estado se dirige hacia las masas migrantes, quienes evitaban las agresiones de la Guardia Nacional en ese estado.