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“Sobre el proceso de conformación de la LJC, parte I”

Omar Cota

En este escrito dividido en dos partes, hablaré del proceso de construcción de la LJC, organización revolucionaria, política y juvenil del PCM; en la primera parte enunciando las características con las cuales se está erigiendo nuestra organización; en la segunda parte hablaré de algunos trabajos que se están emprendiendo para la consolidación de la LJC en otros estados de la República Mexicana.


 

Todas las personas que estén comprometidas con la lucha por un cambio que altere el actual orden de cosas, saben que el construir una organización que tenga las suficientes características para aportar algo al proceso revolucionario, tienen ante sí un camino difícil que recorrer; no obstante, si verdaderamente están convencidos de su quehacer sabrán de antemano que lo construido traerá consigo la satisfacción del deber cumplido.


¿Por qué digo que el camino es difícil y largo que recorrer?, señalo esto por qué somos los jóvenes quienes estamos asediados cotidianamente por los aparatos del Estado que tienen por objetivo adormecer nuestro potencial como juventud en el amplio sentido de la palabra. ¿Cuántas veces en los grandes medios de comunicación se nos pinta una vida fácil, sin complicaciones que invita al conformismo?, ¿Cuántas veces se nos enumera las múltiples dificultades que podríamos enfrentarnos al momento de participar en una iniciativa político-organizativa, sin ni siquiera haber hecho un intento? Sencillamente infinidad de veces. Los que hemos decidido construir no un grupo de opinión en las mal caracterizadas “redes sociales”, no un colectivo, sino una organización con presencia nacional con características marxistas-leninistas, el trabajo tiene un sello particular y un empuje diferente. ¿Por qué? Porqué desde el inicio van quedando sentadas diversas características, enumero aquí las más importantes:


Primero, lo que cada militante construye no es un fin en sí mismo, sino que es apenas una pequeña parte de lo que construye el colectivo partidario; es decir, que el trabajo político de cada militante se antepone en todo momento a los objetivos políticos de la organización antes que cualquier protagonismo.


Segundo, la LJC es una escuela de formación en diferentes ámbitos, los cuales están encaminados a cubrir cuestiones básicas como la disciplina partidaria, la colaboración incondicional al trabajo que construye el PCM, y un apoyo a compañeros que puedan atravesar dificultades. En pocas palabras, la joven militancia de la LJC se forma bajo criterios que abonan a que el militante intervenga en organizaciones de masas donde en diversos medios (culturales, deportivos, académicos, etc.) destaquen como jóvenes con un ímpetu de marxistas-leninistas.


Tercero y más importante, la construcción de la LJC cuenta con el apoyo incondicional de la militancia del PCM, mismo que desde sus órganos de dirección cobijan y dan orientación a la LJC mientras está no esté totalmente constituida; el Partido Comunista tiene la responsabilidad de velar que la joven militancia se conduzca de la mejor manera, por lo tanto, delega la tarea a cuadros juveniles para su correcta conducción.


Que no quede duda, el proceso de conformación de la LJC no nace de una iniciativa a corto o mediano plazo, sino que aspira acompañar al PCM en la consolidación de su papel de vanguardia organizada, tarea que lleva años de preparación. La juventud comunista obedece a los intereses de la clase obrera, de la herramienta de los proletarios (Partido Comunista); se forma y se templa bajo los fundamentos de la teoría marxista-leninista y con ello dinamiza y pone manos a la obra.